Sacar dinero del cajero automático cambiará en 2025

El cajero automático ha sido durante décadas una herramienta esencial para quienes necesitan disponer de efectivo de forma rápida y sencilla. 

Lo usamos casi sin pensarlo: para sacar algo de dinero antes de ir al mercado, pagar en efectivo o simplemente tener billetes a mano. Sin embargo, esta práctica cotidiana sufrirá un cambio significativo a partir del próximo año.

Y es que, desde el 28 de junio de 2025, entrará en vigor una nueva normativa que transformará el uso del cajero automático en toda España. El objetivo es claro: hacerlo accesible para todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad visual, auditiva o cognitiva. 

Pero, aunque estos cambios están pensados especialmente para mejorar la inclusión, beneficiarán a todos los usuarios, en especial a las personas mayores.

¿Qué cambio habrá en el cajero automático?

La nueva legislación, recogida en la Ley 11/2023, exige a los bancos adaptar sus dispositivos a un estándar de accesibilidad universal. Esto implica una renovación profunda en el diseño, funciones y usabilidad del cajero automático tal y como lo conocemos hoy.

Entre los principales cambios que verán los usuarios destacan:

• Letra más grande en pantalla, facilitando la lectura.
• Audioguías activables mediante auriculares, ideales para personas con discapacidad visual.
• Interfaz más intuitiva, útil para quienes no tienen experiencia con tecnología digital.
• Botones físicos en relieve, mejor distribuidos y más lógicos.
• Brillo ajustado y símbolos más claros, para facilitar su uso en todo tipo de condiciones.

Estos ajustes no solo son un avance tecnológico, sino un paso firme hacia una banca más humana y accesible para todos.

¿Cuándo se aplicarán estas mejoras?

Aunque la entrada en vigor de la ley es en junio de 2025, la transformación de los cajeros será gradual. Aquellos dispositivos instalados antes de esa fecha podrán seguir operando durante un periodo máximo de 10 años adicionales, es decir, hasta junio de 2035, siempre que sigan funcionando correctamente.

Esto significa que conviviremos durante varios años con cajeros automáticos de dos generaciones distintas. Por eso, los bancos estarán obligados a informar claramente a los usuarios sobre qué terminales ya han sido adaptados y cuáles aún no cumplen con la nueva normativa.

El impacto económico del cambio

En España hay actualmente más de 47.000 cajeros automáticos en funcionamiento. Adaptar cada uno de ellos a los nuevos estándares de accesibilidad costará entre 1.500 y 3.000 euros por unidad, lo que representa una inversión millonaria para el sector bancario.

Sin embargo, expertos consideran que es una inversión necesaria y urgente. Una sociedad más inclusiva requiere servicios que no excluyan a nadie, y eso incluye también al sistema financiero.

Más allá del cajero: inclusión en todo el sistema

La Ley 11/2023 no se limita solo al cajero automático. También afecta a bancos, aseguradoras, comercios digitales, empresas de transporte, suministros y agencias de viajes. 

Todos deberán adaptar sus sistemas, páginas web, aplicaciones móviles y canales de atención al cliente para garantizar el acceso a personas con cualquier tipo de discapacidad.

Además, se exige que el personal de atención al público reciba formación especializada en trato inclusivo. No se trata solo de cambiar máquinas, sino de cambiar la mentalidad del servicio, y de reconocer que la accesibilidad beneficia a toda la población.

¿Por qué este cambio es tan importante?

Para miles de personas mayores o con diversidad funcional, el acceso a un cajero automático puede ser una tarea compleja o directamente imposible. Los nuevos dispositivos permitirán operar sin ayuda, de forma segura y con mayor autonomía. Y eso se traduce en dignidad, independencia y equidad.

En un momento donde lo digital avanza a gran velocidad, garantizar la igualdad de acceso es más necesario que nunca. Esta reforma no solo moderniza el sistema bancario, sino que lo vuelve más justo y humano.